En el año 2004 Descalzo se comprometía con los vecinos de
Villa León: “en Ituzaingó estamos en contra de esta medida. La empresa (Edenor)
no cuenta con ningún permiso provincial ni municipal por lo que para nosotros
será clausurada y no seguirá adelante. Estamos en total acuerdo con nuestros
vecinos”.
Pasaron 5 años y en ese lapso algunas cosas cambian.
La Municipalidad de Ituzaingó (gobernada por el mismo
Descalzo) le vendió a la empresa Edenor un predio en San Alberto para que se
emplace allí una subestación.
Partiendo de la base de que cambio es oportunidad, los
vecinos de Villa Las Naciones y San Alberto se preguntan: ¿oportunidad para
quién?
Primero les construyeron una Ciudad Judicial que figura como Unidad Penitenciaria nº 39 y
ahora pretenden emplazar una subestación argumentando que los vecinos y
comerciantes de Ituzaingó necesitan tener energía confiable en un pueblo que ha
crecido mucho desde que es distrito… etcétera… etcétera.
Claro que los vecinos de Ituzaingó el único medio de
comunicación masiva que reciben es el periódico municipal donde estas
cuestiones apenas se rozan, por supuesto eliminando todo posible daño o mancha
para la gestión de Alberto Descalzo.
Después de casi 19 años los que hacemos La Voz de Ituzaingó
sabemos que NO LLEGAMOS A TODOS LOS VECINOS, pero por lo menos usted tiene que
reflexionar con nosotros.
Como publicamos en esta misma edición, el intendente de José
C. Paz Mario Ishii SE PUSO AL FRENTE DE LA LUCHA de los vecinos contra la
colocación de una subestación en el barrio Sol y Verde y se comprometió a
hablar con la empresa EDENOR y con el ENRE.
Claro que Descalzo por decreto suspendió hace un año la
instalación de la subestación, tal vez para frenar una sesión extraordinaria
aprobada por el 50% de los concejales que querían respaldar a los vecinos que
los votaron y los que no.
Lo que nos parece destacable es lo que se logra con
participación popular. Dos intendentes incluidos en la denominación “barones
del conurbano” se ven obligados a respaldar el pedido de los vecinos a los que
la Organización Mundial de la Salud no defiende en lo más mínimo (recordemos
que aún no se han expedido en el tema de las antenas de telefonía celular,
subestaciones de distribuidoras de electricidad, y tantos temas que a simple
vista dañarían al ser humano y su hábitat).
Por eso antes de tomarnos vacaciones decidimos compartir con
nuestros lectores esta sensación de triunfo, de conquista, de ver cómo un
puñado de vecinos unidos por un problema común pueden torcer la voluntad de un
Descalzo o de un Ishii.
Que una empresa como Edenor tiene que “desensillar hasta que
aclare” porque son más tiempos de “Responsabilidad Social Empresaria” que de
“esclavitud en los obrajes”.
Porque por buscar un cortocircuito, en el tema de la
Subestación de Edenor de Ituzaingó, ahora tienen que buscar el circuito más
corto para llegar a los vecinos.
Daniel Jorge Galst